Depresión
La depresión es más que sentirse triste: implica una sensación profunda de vacío, cansancio y falta de motivación que puede afectar el sueño, el apetito y las relaciones. Quien la padece suele perder el interés por lo que antes disfrutaba y puede sentirse sin fuerzas para seguir. No es una debilidad, sino una condición emocional que requiere acompañamiento. Con Terapia Cognitivo-Conductual, se trabajan los pensamientos y hábitos que mantienen el malestar, favoreciendo la recuperación del equilibrio, la energía y el bienestar emocional.
Depresión crónica
La depresión crónica se caracteriza por un estado de tristeza persistente, falta de energía y pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras. No es simple desánimo, sino una condición que afecta el ánimo, el sueño, el apetito y la motivación durante largos períodos. A través de la Terapia Cognitivo-Conductual, se trabaja para identificar pensamientos negativos, modificar hábitos que mantienen el malestar y recuperar el sentido de propósito y bienestar emocional. Con acompañamiento profesional, la mejoría es posible.
Dependencia emocional
La dependencia emocional se manifiesta cuando una persona siente que no puede estar bien sin la presencia o aprobación de otra. Esto genera miedo a la soledad, necesidad constante de atención y dificultad para poner límites. No se trata de “amar demasiado”, sino de una forma de vincularse que causa sufrimiento y pérdida de autonomía. A través de la Terapia Cognitivo-Conductual, se trabajan la autoestima, el apego y las creencias que sostienen la dependencia, ayudando a construir relaciones más equilibradas y seguras.
Agorafobia
La agorafobia es el miedo intenso a encontrarse en lugares o situaciones donde sería difícil recibir ayuda o escapar si aparece una crisis de ansiedad. Por eso, muchas personas evitan salir solas, viajar o estar en espacios abiertos o con mucha gente. No es simple “timidez”, sino una respuesta de miedo que puede limitar la vida diaria. Con Terapia Cognitivo-Conductual, se trabaja gradualmente la exposición y el control de los síntomas, ayudando a recuperar la confianza y la libertad para moverse con seguridad.
Baja autoestima
La baja autoestima aparece cuando la persona se percibe con poco valor o siente que no es suficiente. Esto puede generar inseguridad, miedo al rechazo y dificultad para tomar decisiones. No se trata solo de “pensar en positivo”, sino de aprender a reconocer y cambiar las creencias que alimentan el malestar. A través de la Terapia Cognitivo-Conductual, se trabajan los pensamientos negativos y se fortalecen la confianza y la autovaloración, promoviendo una imagen más realista y saludable de uno mismo.