Dra. Tamara Simontacchi

El diagnóstico temprano de los trastornos del desarrollo es clave porque permite intervenir en el momento de mayor plasticidad cerebral, lo que mejora significativamente el pronóstico. Cuanto antes se detectan las dificultades, antes se puede iniciar una intervención personalizada que favorezca el desarrollo de habilidades, reduzca el impacto funcional del trastorno y brinde contención a la familia. Además, evita diagnósticos erróneos o tardíos que muchas veces derivan en intervenciones ineficaces o frustraciones evitables. En resumen: detectar a tiempo cambia vidas.

Un pediatra con especialización en síndrome de Down es fundamental porque no solo conoce las particularidades médicas del síndrome, sino que también comprende su evolución en cada etapa del desarrollo. Esto le permite anticipar complicaciones frecuentes (cardiopatías, hipotiroidismo, alteraciones hematológicas, etc.), hacer seguimientos específicos y coordinar intervenciones tempranas con otros profesionales (fonoaudiología, estimulación, terapia ocupacional, entre otros). Además, aporta una mirada integral y realista, que acompaña a la familia desde el nacimiento —o incluso desde el diagnóstico prenatal— brindando información clara, contención emocional y orientación práctica. Un pediatra formado en este campo no solo cuida la salud del niño, sino que también ayuda a derribar prejuicios y a construir un proyecto de vida con inclusión, respeto y calidad. Es, en pocas palabras, un aliado estratégico para el desarrollo y el bienestar del niño y su entorno.

El Apto Físico Escolar en una consulta pediátrica es clave porque permite detectar a tiempo condiciones de salud que podrían afectar el rendimiento o la seguridad del niño en la escuela y en la actividad física. No es un simple trámite: es una oportunidad para controlar el crecimiento, el desarrollo, el estado nutricional, la salud cardiovascular, la visión, la audición y actualizar vacunas. Además, habilita un espacio para hablar de hábitos saludables, sueño, alimentación y salud emocional. En resumen: es prevención, promoción y cuidado integral.

Confeccion de Solicitud de Terapias para Obras Sociales

Confección de planilla para la obtención del CUD

El diagnóstico temprano de los trastornos del desarrollo es clave porque permite intervenir en el momento de mayor plasticidad cerebral, lo que mejora significativamente el pronóstico. Cuanto antes se detectan las dificultades, antes se puede iniciar una intervención personalizada que favorezca el desarrollo de habilidades, reduzca el impacto funcional del trastorno y brinde contención a la familia. Además, evita diagnósticos erróneos o tardíos que muchas veces derivan en intervenciones ineficaces o frustraciones evitables. En resumen: detectar a tiempo cambia vidas.

Un pediatra con especialización en síndrome de Down es fundamental porque no solo conoce las particularidades médicas del síndrome, sino que también comprende su evolución en cada etapa del desarrollo. Esto le permite anticipar complicaciones frecuentes (cardiopatías, hipotiroidismo, alteraciones hematológicas, etc.), hacer seguimientos específicos y coordinar intervenciones tempranas con otros profesionales (fonoaudiología, estimulación, terapia ocupacional, entre otros). Además, aporta una mirada integral y realista, que acompaña a la familia desde el nacimiento —o incluso desde el diagnóstico prenatal— brindando información clara, contención emocional y orientación práctica. Un pediatra formado en este campo no solo cuida la salud del niño, sino que también ayuda a derribar prejuicios y a construir un proyecto de vida con inclusión, respeto y calidad. Es, en pocas palabras, un aliado estratégico para el desarrollo y el bienestar del niño y su entorno.

El Apto Físico Escolar en una consulta pediátrica es clave porque permite detectar a tiempo condiciones de salud que podrían afectar el rendimiento o la seguridad del niño en la escuela y en la actividad física. No es un simple trámite: es una oportunidad para controlar el crecimiento, el desarrollo, el estado nutricional, la salud cardiovascular, la visión, la audición y actualizar vacunas. Además, habilita un espacio para hablar de hábitos saludables, sueño, alimentación y salud emocional. En resumen: es prevención, promoción y cuidado integral.

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