¿Qué es?

Las bursas son especies de bolsas ubicadas cerca de las articulaciones, donde los tendones o los músculos pasan por encima de las protuberancias óseas. Estas bolsas facilitan el movimiento y reducen la fricción entre las partes móviles de la articulación. La bursitis es la inflamación de esta estructura, la que normalmente tiene una mínima cantidad de líquido y pasa a acumular una cantidad significativa de este. Esta condición puede ser aguda o crónica.

Causas de Bursitis

Las causas de la bursitis pueden ser varias. Puede ocurrir por sobrecarga crónica de la articulación (microtrauma repetitivo), traumatismo agudo, infecciones o enfermedades reumatológicas como artritis reumatoidea o gota. En ocasiones, no es posible determinar la causa. Comúnmente, se presenta en la zona del hombro, la rodilla, el codo, la cadera o el tendón de Aquiles.

Los síntomas de Bursitis

Entre los síntomas de la bursitis se incluyen: - Sensibilidad y dolor articular cuando se moviliza la articulación - Crepitación (ruido como de molimiento) al palpar o movilizar el tendón o la articulación afectada. - Hinchazón, calor o enrojecimiento local.

¿Cómo se diagnostica?

Una buena historia clínica y un examen físico pueden ser suficientes para el diagnóstico. Si su médico lo estima necesario, puede solicitar exámenes complementarios. Sobre todo, si sospecha de infección.

Tratamiento de Bursitis

Su médico puede recomendar descanso o inmovilización temporal de la articulación afectada. Medicamentos antiinflamatorios pueden aliviar el dolor y la inflamación. También puede ayudar la fisioterapia. Si la inflamación no responde al tratamiento inicial, es posible que sea necesario extraer líquido de la bolsa. A medida que el dolor desaparece, se debe comenzar a ejercitar la articulación afectada. Si la bursitis es infecciosa, debe tratarse con antibióticos.